Sandra Valdueza - Cofundadora Innova Mind

Soy Sandra Valdueza y quiero compartir contigo este gran proyecto para ayudarte a ti, como yo, una mujer activa con grandes capacidades y habilidades pero no perfecta.

¿Has sentido alguna vez la sensación de carga mental y que no puedes concentrarte con facilidad? ¿Abrumada por tantas decisiones que tomar cada 5 minutos? 

¿Deseas conseguir esa focalización necesaria y ser más eficaz en la resolución de problemas?

Pues yo estaba igual hace unos años, abrumada, agobiada, bloqueada mentalmente, con la sensación de no tener tiempo para nada. Desde 2014 soy empresaria y gestiono 3 negocios de dos sectores diferentes: la hostelería y la estimulación mental. Todo ello a través de métodos de innovación educativa.

Pensaréis que no tienen nada que ver estos dos sectores, pero me focalizo en dos de las partes más importantes de nuestro cuerpo, alimentar a nuestro cerebro y a nuestro estómago, desde una perspectiva innovadora y de máxima calidad.

Y ¿cómo es posible gestionar 3 empresas y no volverte loca? La clave la descubrí cuando puse en práctica los métodos de estimulación mental que desde 2014 implemento en colegios para niños entre los 4 y  los 12 años, y adultos a partir de los 30 años.

Métodos que potencian la concentración, atención, agilidad mental, creatividad,  resolución ingeniosa de retos y visualización eficaz en la toma de decisiones, entre otros beneficios. 

Ahora, gracias a la experimentación y puesta en práctica de ejercicios mentales, métodos específicos de estimulación cerebral y claves esenciales para alcanzar paz mental, soy mucho más feliz con todo lo que hago (que actualmente hago muchas más cosas que hace 10 años….) . Me concentro más rápido, tomo decisiones rápidas y eficaces. Pero sobretodo, genero ideas creativas constantemente para mis negocios,  siempre innovando para destacar en el gran mercado. 

¿Y cómo he sido capaz de llegar hasta aquí?

Todo empezó cuando yo tenía tres años, jajaja y ¿Crees que de verdad me acuerdo?. Evidentemente no. Nací en una hermosa y pequeña ciudad del norte de España , León. Y a mis tres cortos años junto con mis padres y hermanas nos trasladamos a una de las ciudades más grandes del planeta: México D.F. ahora llamada Ciudad de México. 

Ahí empezó mi viaje de transformación en la vida, pues la capacidad de adaptación mía y de mi familia a un nuevo país con su cultura, costumbres, olores y comida, idioma fue ejemplar….. 

¿Pero en México no se habla español? Sí, pero eran tantas las nuevas palabras, expresiones y nuevos significados de palabras que ya conocíamos que muchas veces no nos entendíamos entre la gente mexicana y nosotros. Así que crecí en un “entorno bilingüe” y utilizando mi mejor léxico según estuviera en un ambiente u otro. 

Recibí una educación integral en donde realmente se potenció el desarrollo de  todos los ámbitos de mi persona. Me exigían mucho, pero fue una educación llena de aprendizajes significativos, pues se basó en la premisa de Learning by Doing, es decir, aprender experimentando, tocando, sintiendo, equivocándome y aprendiendo de ese error.

Era sorprendente: mis padres, profesores y amigos siempre solían decir de mí que todo me gustaba, todo me atraía, todo me parecía interesante. 

Mi abanico de intereses y hobbies era muy amplio: desde bailar Jotas Leonesas de manera profesional en el teatro más importante de la ciudad, hasta practicar paracaidismo, ser voluntaria en las misiones con los indígenas de la Sierra de Hidalgo o ganar concursos escolares de matemáticas o investigación de ciencias.

Este afortunado bagaje me permitió estudiar la carrera de Ingeniería Industrial en Madrid. Al finalizar mi carrera, como “buena estudiante que había sido”, encontré mi primer trabajo en Airbus, donde soñaba con aplicar organización industrial al trabajo de fábrica. 

Después de un año, los procesos de la cadena de montaje se volvieron repetitivos y busqué nuevos horizontes.Los encontré en la consultoría de energías renovables, en una pequeña empresa recién creada por un antiguo profesor. 

De la gran corporación multinacional pasé al negocio incipiente, poco equipo; todos haciendo de todo; experimentando las diferentes etapas desde el nacimiento a la consolidación.

Fueron cinco años intensos, pero quería seguir aprendiendo.

Tras estudiar un Máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático en Madrid, trabajé seis años en una consultora que apoyaba a empresas y ayuntamientos en sus análisis de emisiones y huella de carbono, desarrollando planes de acción en un entorno internacional y viajando a todas horas.

Las funciones que realizaba en las diferentes empresas de Madrid eran muy atractivas profesionalmente hablando, gestionando equipos, viajando, reuniones con altos cargos de empresas importantes… Me generaba adrenalina constante para estar motivada y con ganas de hacer más cosas. 

Pero a la vez me exigían una alta concentración, atención, alto rendimiento en el trabajo, plazos cortos para entregar los proyectos. Gestionaba muchas cosas a la vez y muchas veces me sentía bloqueada mentalmente,  no avanzaba con la agilidad que necesitaba y eso me generó estrés en ciertas ocasiones. 

Y yo me preguntaba cómo lo hacían muchas personas que siempre estaban al 100% en todo momento, ágiles mentalmente, con ideas muy innovadoras todo el tiempo. 

La sensación de cansancio mental se fue acumulando y aumentando. Mi cerebro no lograba alcanzar la agilidad necesaria para tomar decisiones rápidas y eficaces. 

Los proyectos crecían y los plazos se reducían, por lo que empecé a sentir un estrés mayor. Pensé en cambiar de trabajo, aunque me gustaba mucho el tipo de proyectos, el equipo, el avance profesional que estaba alcanzando. Pensaba que con invertir más horas iba a obtener mayor rendimiento en mis tareas. Pero no era el caso, al revés, conseguía el efecto contrario: “me sentía mentalmente exhaustal”.

Veía que el entorno era el adecuado, pero mi cerebro no respondía como yo quería, no pensaba con claridad.

Todo llega cuando menos te lo esperas….

Con una llamada de mis hermanas.

Ella, educadora y psicóloga, que vivía en León me comentó que le ofrecían el traspaso de una empresa de ESTIMULACIÓN MENTAL. Al principio pensé que era una locura cambiar de trabajo, ciudad, un reto nuevo de gran envergadura, cuando sentía que mi cerebro no estaba con la agilidad necesaria para emprender y gestionar un equipo nuevo. 

Pero, al investigar sobre los beneficios del método de estimulación cognitiva que se desarrollaba en esa empresa en niños, me planteé el cambio para poder ponerlo en práctica en mi misma y ver si podría cambiar mi sensación de “bloqueo mental”. 

Así, en 2014 aterricé en León y dí un nuevo impulso a Abacus Innova, una empresa que desarrolla métodos de estimulación cognitiva a través del uso del ábaco japonés y la robótica educativa, para potenciar y desarrollar en los niños la concentración, la creatividad, el amor por la ciencia y todo, de forma práctica. 

Con 33 años me hice empresaria pero de algo totalmente nuevo para mí: una empresa educativa!! y no una cualquiera. Una en la que se transformaba a niños gracias a la estimulación cognitiva recibida con el Ábaco Japonés. 

¡¡Pues si ellos se transforman gracias a este método, yo también!!

Rápidamente a la vez de gestionar la empresa que había adquirido, empecé a tocar los números en el ábaco japonés gracias a la formación recibida por especialistas acreditados.

Aprendí a realizar todos los movimientos de las fichas, a hacer cálculos con el ábaco en mi mente,  a ejecutar y disfrutar con todos los juegos propuestos con el material complementario.

En paralelo investigué,  me formé y recibí la acreditación oficial de LegoEducation como facilitadora, formadora en el mundo de la robótica educativa y de LEGO SERIOUS PLAY para trabajar con adultos y empresas.

Todo era nuevo para mí pero comprobé que el cerebro es el único “contenedor” que cuanto más le metes, más le cabe

¿Pero cómo siendo ingeniera pegada todo el día a la calculadora ahora tenía entre mis manos una herramienta milenaria llamada ábaco japonés?

He de confesar que me enganché rápidamente a los cálculos con el ábaco, lo llevaba en el bolso, lo utilizaba mientras esperaba a entrar a una reunión, cuando estaba cansada, antes del desayuno….

Me hacía sentir ágil en mis razonamientos, organizada a lo largo del día, decidida en las múltiples toma de decisiones.

También me enganché a los robots y al proyecto educativo propuesto por LegoEducation. Lo aplicaba en cada situación sin importar si estaba en clase con los niños, en reunión con familias, gestionando con directores o negociando con los daneses. 

Era curioso, pero podía ver los beneficios también en mí. 

Estaba sorprendida pues el cambio lo estaba experimentando también yo.

¡Ha sido una verdadera transformación!

Con decir que en el primer año, pasé de tener en mi empresa educativa 200 alumnos a 800. 

Había que gestionar, formar un equipo nuevo que entraba a formar parte de esta empresa transformadora, dar cursos a docentes, también a niños, a adultos…. Porque también los adultos (cercanos a la tercera juventud) merecen una atención especial. 

Junto con mi equipo diseñamos un Programa de Estimulación Mental para Adultos. 

Con los juegos y la propuesta educativa que diseñamos para los no tan jóvenes me he entusiasmado muchísimo y a la vez, no he dejado de sorprenderme del alcance que tiene nuestro cerebro.

He visto en mí y en  personas mayores como mis padres, producirse un maravilloso cambio en sus vidas gracias a la estimulación mental, la neuróbica o los retos cognitivos planteados en las sesiones.

A día de hoy tengo alrededor de 1000 alumnos al año desde los 4 hasta los 94 años de edad que se benefician de los programas de Estimulación Cognitiva Integral de Ábaco Japonés, Robotix y Estimulación Mental para Adultos. 

Ah!! pero el salto a León no lo di yo sola. Mi marido, abogado y fiscalista de profesión, también apostó por un cambio en su exitosa y agotadora carrera profesional y juntos nos iniciamos en la gestión de un restaurante de comida mediterránea que buscaba nuevos gestores. Durante el primer año la facturación subió un 145% frente a los anteriores. 

Desde los inicios del  2014 no ha dejado de subir. Hace tres años mi marido se desligó del restaurante para crecer en otros ámbitos profesionales, pero yo he seguido involucrada. 

Este mix de experiencias, aparentemente opuestas entre sí:

¿Ábaco japonés  y robótica? 

¿Programas transformadores para niños y adultos?

¿Empresa educativa y Empresa de hostelería?

¿Ingeniera industrial y Formadora educativa? 

Se han complementado entre sí a lo largo de mi vida y me han permitido abrir un nuevo restaurante , ahora de comida japonesa, en Noviembre del 2019. 

Y es entonces cuando hace apenas seis meses me detengo un día frente al espejo y me dije: “¿Por qué no compartir con más mujeres lo que me ha permitido llegar hasta aquí con tanto éxito? Si algo me enseñaron en mi familia y colegio es que hay que compartir”. 

A lo largo de estos años yo he notado que puedo abarcar diferentes tareas en el día, tomar múltiples decisiones de forma creativa y sobretodo, y lo más importante, sin agobios y disfrutando de lo que hago en todo momento.

Ahora quiero compartir contigo las claves, métodos y prácticas para potenciar tu cerebro, descubrir tu potencial oculto y conseguir diseñar tu nueva estrategia para convertirte en tu nuevo ídolo.

¿Te unes conmigo al reto?

Me has podido escuchar en:

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